sábado, 12 de marzo de 2011

CECILIA TAIT PROPONE SEGURO UNIVERSAL

 “Yo jugaba en Europa y, apenas terminaba mi contrato, en lugar de irme a París, venía al Perú e invertía mi dinero aquí porque hay que sembrar, hay que guardar pan para mayo”, me dice Cecilia Tait, la voleibolista que ha vuelto a la política.
Me siento una mujer atractiva, fachosa diría yo” (risas), dice Cecilia Tait, la voleibolista que vuelve a la política. Tiene el número 1 en la lista al Congreso de Perú Posible.
¿Siempre te sentiste así?
No. Cuando era chibola era la más alta de mi barrio y tenía el pelo zambo, tanto que tenía que venir el jardinero a tirar machetazos para peinarme (risas). Me sentí el patito feo hasta los 14 años, cuando empecé a jugar, entonces me convertí en cisne. Hasta en mejorar mi autoestima me ha ayudado el deporte. Desde chica he sido muy obsesiva, muy ordenada, por eso mi madre me decía que me parecía a mi padre. Yo pensaba que eso era malo hasta que lo conocí. Fue muy duro pues me enteré de que era hija no reconocida en el aeropuerto, en Migraciones. Cuando pidieron mi permiso de salida dijeron: “Ella no lo necesita porque es una hija no reconocida”. Fue una cachetada, muy duro, pero mil veces viviría lo mismo, mil veces volvería a ser peruana y mil veces sería voleibolista.
¿Tus complejos también tenían que ver con el color de tu piel?
Claro. Era la ‘negra de aquí’, la ‘negra de allá’. El tema de la inclusión social es una tarea pendiente: el racismo se mantiene.
Todo esto forjó tu carácter…
Era una persona tímida, introvertida, con muchos miedos. Vivir en una sociedad donde el color de tu piel es lo que manda y no lo que tengas dentro, afecta. Además, en mi familia las únicas negras éramos mi hermana y yo.
Tienes fama de soberbia…
Es cierto, y esa fama viene desde que era ‘Doña Ninguna’. Ser sobrada es producto de mi timidez. Pero, sí, era soberbia, y caminaba derechita. Era mi manera de protegerme, pues si me veían débil podían abusar de mí.
Si en Alemania manejabas un Audi y usabas Louis Vuitton, ¿por qué volviste?
Porque mi vida se iba a convertir en eso. Yo trabajaba como una mula, ganaba mucho dinero pero no tenía esencia.
¿Necesitas trabajar o puedes vivir de tus rentas?
Prefiero no responder a eso. He trabajado mucho y muy fuerte. Uno debe alcanzar sus sueños personales y no cantarlos como gallina.
¿Te sentiste la mejor voleibolista del mundo?
Yo quería ser la mejor, pues tenía claros mis objetivos. Tuve entrenadores buenos que lograron que mi cuerpo y mi cerebro –y con la zurda– lograran puntos increíbles. A veces hasta yo me sorprendo.
¿Te sigue doliendo no haber ganado la Medalla de Oro en Seúl?
Hace años que el dolor se fue. Hay que enterrar el pasado.
Fuiste la primera peruana en entrar al Salón de la Fama del Vóley…
El jurado no solo valora los méritos que alcanzaste como jugadora sino qué hiciste después con tu vida.
¿Fue grata tu primera experiencia en el Congreso?
Sí y me retiré porque sentí que había cumplido con mi tarea: sacar adelante al deporte. Además, tenía una hija pequeña y decidí no hacer las cosas a medias y dedicarme plenamente a mi hija.
Saliste de Perú Posible…
Porque me dijeron en mi cara pelada que no había plata. Dicen que Toledo es mentiroso, pero a mí me dijo las cosas claras: “Hay otras prioridades”. Lo que no sabe la gente es que quien me dijo “Ay, Cecilia, el deporte” fue PPK, quien es muy hábil, pero hoy todos se han propuesto maltratar a mi cholo, que es sano y sagrado (risas). Tanto lo aprecio que lo hice padrino de mi matrimonio. Además, yo no quiero pelearme con nadie, quiero ser la candidata del consenso y trabajar con los demás.
¿Le crees cuando dice que no toma whisky?
Es que no toma whisky, toma otra cosa. ¿Qué toma? No te voy a decir, pero toma su traguito como cualquier ser humano. No me parece que el tema más importante de esta campaña es si Toledo toma o no toma whisky sino las propuestas. Si ponemos en la balanza todo lo bueno que ha hecho, lo del whisky es irrelevante. Más grave es recibir cinco mil dólares del narcotráfico y creer que al devolverlos se acabó el problema. ¿En qué quedó lo de los vladivideos? ¿Ya salieron todos? ¿Acaso no crees que las personas cambian? Alejandro siempre llegaba tarde y cuando mi marido lo escogió como padrino le dije: “No, Tyler, ¿y si no llega? Quiero que sepas que yo me caso con él o sin él”. Mi marido estaba preocupado, pero (Toledo) llegó en punto.
Toledo está renovado...
Por supuesto. Las personas cambian, y Alejandro lo ha hecho en su estancia en EE.UU.
Estar enferma ha hecho que cambies tu agenda política: ahora apuntas hacia la salud.
Así es. Mi sueño es que haya un seguro universal y salud para todos. Para eso, el presupuesto en salud debe subir del 4.3% del PBI. Essalud tiene 8 mil millones de soles. ¿A dónde va tanta plata? No va a los enfermos, hay algo que se está escapando: hay que fiscalizar.
Fuente:Perú21

No hay comentarios:

Publicar un comentario